lunes, 15 de septiembre de 2014

Saving the best for last...


Day 7

Nos ponemos en marcha y el grupo de cada vez me gusta más y más. Mi inglés poco a poco mejora. La barba crece y crece. El yanki está más buenorro y buenorro. Todo genial. El guía decide cambiar los planes y hoy nos pasaremos prácticamente todo el día en la carretera para llegar a Uluru, el centro de Australia donde está la gigantesca y famosa roca roja.

Vemos amanecer desde la desierta carretera como si fuera la escena inicial de El Rey León y seguimos rectos hasta cruzar el borde que separa los territorios australianos.

Llegamos al punto para comer y nos espera una nueva guía que nos acompañará en el último tramo del camino. Una escultural chica rubia que parece sacada de una revista. Los hombres del grupo se quedan anonadados, pero me la llevé yo a la saca porque es alemana pero criada en Alicante (tendrá cojones la cosa) y su hermano vive en Mallorca (¿A alguno se le ha aparecido la imagen de un puto pañuelo en su cabeza?). Hice buenas migas con ella.

Por fin llegamos a la gran roca y nos da tiempo para admirar cómo el sol que se pone va iluminando de diferentes tonalidades de rojo y sombras a la roca.


Day 8

Amanece un nuevo día y comenzamos una excursión bordeando la roca entera que nos lleva 3 horas de caminata. Vemos amanecer desde allí mismo.

Después de la larga caminata, un guía aborigen nos cuenta historias de la roca y de su gente, no entendí ni papa. La roca tiene varios nombres dependiendo de la zona, y uno de esos nombres, así tal cual está en el idioma aborigen, es el de "Mala Puta". Creo que no hace falta añadir más.

Comemos y nos dirigimos a otra caminata en otra formación rocosa impresionante que hay cerca. Volvemos justo para ver la puesta de sol. La verdad es que el grupo es una maravilla. He tenido fortuna de compartir esto con gente así. Algunos me piden que vaya a verles y otros me dicen que se vienen conmigo a viajar.

Esto ya huele a final... faltan dos días y ya me da pena dejar esto.


Day 9

Día de excursión atravesando Kings Canyon. Sol y paisajes de cuento. Grandes dunas solidificadas. Es como me imagino el país de los comepiedras de "La historia interminable".

He sudado la penúltima camiseta. Ya no tengo nada limpio. Vivan los olores y la suciedad.



El día avanza y nosotros cenamos y pasamos la última noche bajo las estrellas y rodeando una fogata, tocando el Didgeridoo. Las tiendas de campaña son mejores que cualquiera de los albergues donde me he hospedado.

Mañana se acaba esta aventura. Me espera Sydney de nuevo y en una semana vuelvo a las Mallorcas... sniiiifff...



Day 10

Último día. Hacemos una ligera caminata y sobretodo es día de carretera. Vamos parando poco a poco durante el camino para estirar piernas y ver pequeños puntos, como una granja de Camellos. La historia del lugar cuenta que el primer dromedario que llegó al país provenía de las islas Canarias, ole.

Hacemos la obligada parada para comer y me hago fotos con cada uno de ellos. Gracias a este viaje atravesando las Australias, mi inglés ha evolucionado y sobretodo mis listenings skills. Al fin puedo entender casi casi a todos.

A nuestra llegada a Alice Springs la mayoría nos alojamos en el mismo albergue y quedamos para la última cena, excepto el pedacho tío güeno, que se le cruzaron un poco los cables los dos últimos días y se alejó del grupo. En fin... yankees...

Con mucha pena nos vamos despidiendo y los jóvenes nos quedamos hasta las tantas bailando.

Gran viaje... he disfrutado infinitamente mas estos 10 días cruzando el país, que 2 meses enteros en Brisbane. Lo que son las cosas.


Como despedida, una canción. La que aparece en los títulos de créditos de la peli de "Priscilla". Ojalá lo mejor fuera para mi final en Sydney...


miércoles, 10 de septiembre de 2014

Priscilla segunda parte.

Day 4

Bien, aquí empieza la aventura de verdad. Nos abandonan una pequeña parte del grupo (los más esaboríos, por suerte), y se unen tres personas, una irlandesa (ole... anglosajones todos), un lóndrico y oioioi... un pedazo jombre americano que joioioioioi... hetero todo él (qué asco).

El nuevo guía es auténtico de verdad, una especio de Brad Pitt australiaco con barba y coleta rubia, un atuendo de ranger de verdad. Esto pinta genial. Me esperan muchas horas de carretera por delante rodeado de un buen grupo internacionalmente inglés. Creo que al único que entiendo es al alemán que nunca habla.

Comienza nuestro road trip y el guía está poniendo música que parece salida de mi reprodustor, por lo que la sonrisa en mi cara es tan grande que no me cabe (producida por música que me gusta, por estar viviendo una aventura, por tener a un jambo que ai omá qué rico y todas esas cosas, ejem).

Nos adentramos poco a poco en el desierto, con granjas perdidas en medio de la nada, Canguros enormes muertos en la cuneta (¿es que aquí no tinen gatos o perros?).

¡Los pueblos son auténticos! Alguno parece sacado de una peli de terror, semidesiertos y conformados por sólo un par de calles (me imagino viviendo aquí y estoy muerto de asco a las dos horas).

Hacemos la parada en una reserva natural, todavía con bosqué. Allí hacemos una estupenda BBQ todos colaborando alegremente. Poco a poco hago contactos (entre ellos ya se conocen bien... pero joder, menudos acentos leches). Luego el guía nos lleva a una pequeña excursión a la cima de un monte y podemos ver las vistas del esplendoroso bosque de Eucaliptus.

Esa noche hacemos una hoguera y dormimos al raso ¡qué genial!


 Day 5

Nos levantamos a las cuatro y media de la madrugueitor para ver la salida del sol. Potentes colores que van desde el rosa hasta el naranja colorean el horizonte (ole, qué bonito me ha quedao).

El día transcurre conduciendo por carretera de tierra ya en medio del puro desierto (Aquí la llaman "autopista"...). Ni un puto McDonald's en miles de km's. Esto es el infierno.

Hay pueblos en medio de la nada, si a eso se le puede llamar pueblo. Lo gracioso es que no tienen iglesias, como en los nuestros, el centro de estos poblados son enormes Pub's. Estos sí que saben.

Nos paramos a visitar una emm "galería de arte" aunque parece en realidad el escenario auténtico de una auténtica peli de terror auténtico. Mooooola. Coches abandonados, neveras, lavadoras, jaulas con pieles dentro, partes anatómicas de Emus por ahí tiradas... gasté una batería haciendo fotos.

Otra de las muchas paradas fue un lago (ahora seco) de sal. Desierto blanco. El cielo estaba cubierto por una ligera neblina, por lo que parecía que estábamos en una hoja de papel, cual dibujos.

La noche la pasamos en un cámping, cenando espaguettis. Me divierto observando al grupo. Una de las chicas jóvenes ataca al joven soltero y otra mujer un poco más madura ataca al jambo americano. Me da que ninguna de las dos consigue mucho (o nada), aunque la chica es muy guapa y maja (y él también, pero un poco de pueblo). Y no, a mi no me persigue nadie, quizás la lagartija que se me puso en el pie mientras estábamos cenando. De momento con la que mejor me llevo es con una señora jubilada californiana super maja, habla un inglés inteligible y además es de Santa Mónica.

Esa noche también la pasamos a cubierto debajo de un techo, pero llegó una tormenta de arena y aún tengo arena hasta entre los pliegues de mis intestinos y luego llegó una fuerte lluvia. A la salida del sol no podías ver ni rastro de esa agua.

Day 6

Me despierto con todo lleno de arena. Después del desayuno nos ponemos en camino rumbo a un pueblo de mala mue... digoo pueblo minero llamado Coober Pedy. Arena, arena, casas cochambrosas y un magnífico hotel de cuatro estrellas cavado en la roca cuyo internet exclusivo para clientes cubre el pueblo entero (Grrrr). Nosotros nos hospedamos en un albergue también cabado en el interior de un monte. Es como un búnker de guerra y se está calentito y tranquilo dentro.

Nos hacen un tour sobre el Ópalo, la razón por la cual existen tantas minas en esta zona. La piedra preciosa y preciada por todos. Vemos una mina y cómo viven la gente aquí, debajo de la tierra, el lugar ideal para soportar las altas temperaturas del desierto por el dia y las bajas por la noche.


El terror llegó cuando el guía nos dice que tenemos el resto del día libre. ¡¡Me cagoen!! ¿Qué coño se hace en un pueblo en mitad de desierto y sin cobertura de movil o un puñetero internet? Mi misión consistió en dar vueltas por el pueblo buscando cosas para fotogrfiar, pero el aire llenito de arena se te metía hasta en el ojete, entonces decidí probar suerte con algún wi-fi. Llevaba tres días sin conexión alguna. Pero no tuve suerte, encontré un bar con wi-fi pero era de pago (no te lo daban con la consumición). Mi gozo en un pozo. Paso las horas como buenamente puedo.

A la hora indicada tenemos visita en un pequeño refugio de Canguros. Ahí les podemos dar de comer y nos enseñan uno pequeño recién nacido. Todo el mundo les deja dinero voluntariamente... yo no puse ni un duro, soy lo peor... ejem... ¿qué pasa? estoy en el paro, coño...que nadie me mire asín de mal.

Después de una ducha en la que perdí hasta 5 kilos soltando lastre arenil por todo mi escaso pelo y delgado cuelpo vamos a cenar pichas (pizzas) y luego un ratico en el "pub" del hotel ese tan de 4 estrellas donde no hay música. Jugamos al billar... pero desisto a las primeras de cambio, mecagoen las anglosajonas ¿les enseñan a jugar desde pequeñas o que?.

Derrotado, me meto en mi habitáculo para domir... zzzz... soñando que quemaba un coche (un Lada familiar para ser más exactos, el coche de mi padre de cuando éramos niños) y que la pulisía Australiaca lo descubría y lo anunciaba en las noticias. Ains... serán los calores del desierto.

Aventuras a lo Priscilla cruzando el desierto.

Day 1

Llegó el momento. Empieza la aventura Priscilla, reina del desierto. 10 días atravesando Australia desde Melbourne hasta Alice Springs, justo en medio de la isla. Es como si fuera desde Lisboa hasta algún punto de Alemania, pero cruzando un desierto.
La primera parte del viaje es en zona de costa. Me reúno con un grupo de 24 turistas de distintas nacionalidades. Por supuesto, sólo un español. (Cómo se nota la crisis...) El guía fue lo mejor. Se nos presentó como Mr. Bones, todo un personaje. Alto y delgado, pelo largo, usaba sombrero y ropa de explorador, pantalones cortos casi sobaqueros y calcetines subidos del todo. Grandes gafas de sol rosas y un surtido de peluches representando diferentes animales australianos.

Todo el viaje discurrió por la Great Ocean Road, una carretera que bordea la costa sur muy similar al Big Sur de California.

Hicimos varias paradas para admirar el paisaje costero. En una de esas pudimos contemplar Koalas en su hábitat natural y una colonia de loros que se posaban encima tuyo sin miedo alguno.

Otra parada fue para dar un rápido paseo en la mejor selva que he visto. Una de las pocas que quedan totalmente naturales sin que el hombre haya metido la zarpa en ella. Grandes helechos, árboles milenarios, se respiraba Indiana Jones everywhere.

Llegamos por fin el punto álgido, los llamados "12 Apóstoles". Unas formaciones de roca arenisca en medio del mar que le dan un toque colosal, aunque alguno se haya caído hace tan sólo unos pocos años.

La noche la pasamos en un frío albergue situado en medio de la reserva natural de Grampians. Rodeados de canguros en libertad. Lo de "rodeados" es literal, podías salir a dar un paseo y los veías a tu lado facilmente.


Day 2

Gran parte de nuestros compañeros nos dejan. Me quedo con un grupo formado por australianos, británicos, estadounidenses y tres alemanes. No entendía más que un 20% de lo que decían... por lo que me limitaba a sonreir y asentir todo el rato. Menos mal que uno de los alemanes tampoco entendía y no me sentía tan tonto despues de todo. Aunque mejor oportunidad que esta para aprender no encontraré.

Despertamos y fuimos a ver Canguros, que estaban por todo el parque, como comenté antes.

El día lo pasamos visitando el parque en el que vivían aborígenes y de los que no queda ni uno.

Por la tarde nos pasamos varias horas hasta llegar a nuestro destino, la ciudad de Adelaida. Capital de "Southern Australia". Casi todo el grupo nos alojamos en un albergue de la ciudad, como cuando íbamos al cole. Al menos la gente es muy maja y agradable.


Day 3

Día libre para visitar la maravillosa ciudad de Adelaide. Eclectica capital cultural. Rebosan vida sus esculturales parques y sus calles son un crisol de culturas y artesanía. El mercado central es un ejemplo de variedad y magnificiencia.
El trazado urbano representa el saber hacer arquitectónico de sus constructores.

Parques llenos de vida.
Su jardín botánico no tiene nada que envidiarle al de ningúna otra de las mediocres ciudades australiacas, como Sydney o Brisbane.

El punto culminantes es el "Light's vision", literalmente, según la guía de la ciudad, que te dan en el punto de información turística, "Impresionante mirador, un gran lugar para tomar fotos". Y así hice. Tomé una de las mejores fotos que he podido hacer en mi estancia en este país.

Me faltan las palabras para describir esto. No podría jamas hacer justicia a lo que he visto.

Sólo puedo decir que ojalá tuviera más tiempo para visitar más tranquilamente esta ciudad que me ha enamorado para siempre.
Nunca la olvidaré.

Vida por todos lados.

ARTE. Así, en mayúsculas.

Las palabras "Iglesia" y "ciencia" unidas por primera vez.

 Las maravillosas vistas de la ciudad. Orgulloso estoy de esta foto.

martes, 9 de septiembre de 2014

Un día de excursión.

El viernes 29 fue mi último día de cole. Despedidas, fotos, etc y un último paseo por la ciudad en la que he pasado dos meses, una experiencia de vida.

Alquilé un coche para pasar el fin de semana en la costa. Mi primera vez conduciendo por la izquierda. Que si al señalizar con el intermitente activas el parabrisas, el coche calándose a cada rato, mirando por todo no vaya a ser que te metas en dirección contraria, intentando cambiar de marchas con la mano izquierda y todas esas cosas que tiene el conducir del otro lado. Esto es adrenalina y no saltar en paracaídas.

Después de cuatro horas en la carretera, cantando a plena voz, llego al destino (afónico del todo), un pueblo turístico que vive de excursiones para ver Ballenas y a la isla Fraser. Por desgracia para mi, no veré las ballenas, esta vez escogí visita a la isla de arena más grande del planeta que además tiene la única selva que crece en arena. Por eso es tan interesante. También conserva la última raza pura de Dingos, los perros australiacos salvajes. Por la isla corren a sus anchas, pero son peligrosos, porque pueden atacar. Se ve que en 2001 un par de ellos se jalaron a un niño de 9 años, entonces los vecinos pusieron el grito en el cielo y entre conservar una especie protegida y en peligro de extinción o matarlos a todos porque espantan al turismo que les da dinero adivinad por lo que optaron. Evidentemente escogieron lo segundo (¿subnormales? ¿alguien ha mencionado esa palabra?). Por fortuna se llegó a un 50-50. Mataron a bastantes, pero han dejado a muchos otros y han colocado infinidad de carteles con instrucciones al visitante.

La isla también sirvió de base aliada durante la 2ª guerra mundial, por lo que en alguna de sus playas aún se conservan restos.

Bien temprano por la mañana me dirijo al punto de recogida y llego en ferry a la isla. Parecía de película de Vietnam, una isla caribeña, aguas azules, y restos de la guerra diseminadas por la arena. Enseguida montamos en un autobús 4x4 (ni idea que eso existía!) y nos llevan por la isla hasta un lago interior maravillosamente transparente. Mucha crema solar (aquí el sol incide más de lo que nosotros estamos acostubrados y el bujero de la capa de ozono está próximo), cuatro foticos y vuelta al bus. La siguiente parada fue el magnífico bosque con un río. Pero tan transparente eran las aguas ¡que no parecía que llevaran agua!

Después recorrimos varios kilómetros por la playa. Inmensa y virgen. Peligrosa también, fuertes corrientes, tiburones, medusas y Dingos por la arena. Alguno llegamos a ver. Paramos a ver una maravilla. Un barco naufragado en 1935 adorna la playa dejando una estampa increíble. 


Hicimos un par de visitas más para bañarnos en uno de los ríos y ver formaciones de areniscas y volvimos de nuevo al ferry.

No pasó nada anecdótico, ni para bien ni para mal :P así ha quedado este artí-culo, sosillo.

En fin. En breve intentaré contar qué tal la aventura Prisilla en medio del desierto ;).