jueves, 17 de julio de 2014

Having a nice day

A las seis suena el despertador, flojito, para no
despertar a mi compañera de casa, que duerme en la habitación de al lado, estamos los dos situados en un sótano acondicionado de una casita de madera muy cuca. Después de vestirme, subo a la cocina por unas escaleras que dan al jardín, por llamarlo de algún modo. En realidad es un bosque semitropical, con palmeras y el canto de muchos y raros pájaros.

Me preparo el desayuno y la comida que voy a llevarme hoy. Limpio los platos nada más usarlos, es lo que tiene vivir en una casa compartida, todos estudiantes universitarios.


Después de asearme, agarro la mochila y salgo a la calle dispuesto a recorrer los 4 km que me separan de la academia. El barrio parece sacado de un cuento de hadas playero. Palmeras, bosque, casitas bajas de madera como cabañas y césped en lugar de aceras. Pequeñas cuestas durante el recorrido dentro del barrio hacen que calientes y comiences a sudar. Aquí es invierno y las mañanas son frías. Aunque el sol calienta a 20º más tarde.

Mi paseo por la ciudad discurre por una amplia avenida cargada de coches. Esta ciudad está diseñada para ellos. Las aceras son pequeños trozos de cemento rodeados de césped y sólo en un lado de la calle y los semáforos están en verde segundos, sin llegar al minuto (literal). Cruzo el campus universitario y las vías del tren hasta llegar a la entrada del parque de Roma Street. Cargado de grandes árboles de helechos y todo tipo de vegetación y fauna animal, sobretodo pájaros de todos los tamaños y estilos. Es la mejor parte del camino.

Enseguida llego al centro económico y financiera de la ciudad. A esas horas lleno de personas trajeadas y a un ritmo frenético. Cruzando calles en diagonal y con maletines en las manos. Me recuerdan a los hombres grises de Momo. Todo está plagado de locales de comida a pie de calle, donde la gente compra sus cafés y los va tomando mientras corre a sus puestos de trabajo.

Poco a poco llego al edificio ANL (si, se llama así, estudio en el culo del mundo ¿Qué pasa?) no sin antes cruzarme con la señora de pelo blanco y abrigo negro, que mientras se fuma un pitillo, está completando un crucigrama.

Entro en el culo y me dirijo al segundo piso saludando con un “Mornin' ” a todo alumno que me cruzo, la mayoría asíatico. Por lo que he podido averiguar, sólo somos 3 personas los que superamos los 30. El resto son chavales de 19 a 21 años. En mi clase soy el mayor con mucha diferencia. Parece la ONU. Están representados los países de Alemania, Rusia, Korea, Vietnam, Thailandia, Colombia, Brasil, Italia y Venezuela. El profesor con camisas hawaianas nos da tijeras y pegamento de barra. Socorro... he vuelto a la EGB.

Después del descanso y ver el resto de nacionalidades representadas (de momento parece ser que soy el único español) en forma de alumnos, seguimos con las clases hasta la hora de comer, que eso son las doce y media. Hoy acabamos pronto las clases y salgo a disfrutar de mi comida a uno de los muchos parques que tiene la ciudad. El sol calienta y la gente se tira en el césped. Es costumbre aquí comer así. Comprar algo rápido (triunfa el Sushi) o traerse el tupper como hago yo, y cada uno con su botella de agua rellenada en casa o en las muchas fuentes públicas. Es todo un lujo para un mallorquín como yo acostumbrado a comprar agua embotellada. En uno de los parques unos chicos tocan música en vivo con altavoces y el ayuntamiento pone tumbonas gratis para la gente. Cojo una y disfruto de la velada.

Después de una ligera siesta al sol, paseo por el borde del río Brisbane (se llama igual que la ciudad, así es más sencillo para los exámenes de Geografía ¿no?) viendo un ir y venir de personas. Esta ciudad está viva.

Poco a poco camino otros 4 kilómetros hasta mi
barrio. El transporte público lo uso en contadas ocasiones. Es demasiado caro (6$ por un trayecto hasta mi casa) y me enfadé cuando me pusieron una multa de 10$ porque la máquina no funcionó y no reconoció la tarjeta al salir (aquí hay que ticar al entrar y al salir). En fin, no puedo reclamar porque no puedo demostrar nada. (Yo pasé la tarjeta... lo juro por Cocodrilo Dundee).

Decido pasar por el supermercado a comprar pan de molde, aquí no hay cestas de la compra, por lo que la gente carga con cajas o bolsas de casa para poder transportar lo que quiera comprar dentro del supermercado. Los productos son muy similares a los nuestros, hay (casi) de todo. Desde aceite de oliva español (made in Italy, así lo indican en la botella) hasta todo tipo de fruta (echo a faltar los melocotones veraniegos). Al pasar por caja te encuentras con el clásico stand con cajas de chicles, barritas energéticas y medicamentos de farmacia, puestos ahí en oferta para que te atiborres a Ibuprofenos.

Llegando a casa se va poniendo el sol y el cielo se cubre de grandes murciélagos. Es el momento que más
me gusta del día. Supongo que es la falta de
costumbre aderezada por mi afición por los vampiros, y no siempre puedes ver la silueta de estos mamíferos tan grandes y tan perfectamente como aquí. Las calles son oscuras ya que, como dije, está todo pensado para el coche y el alumbrado público es muy escaso o inexistente en según qué calles. Pero la seguridad es grande, aquí no cierran puertas.

Una vez en la casa, me preparo algo de cena a las siete de la tarde. Al comer tan pronto y rápido, la gente cena tarde y mucho. Así que aquí estoy, tumbado en mi cama de 1.35cm comiendo medio litro de yogur macrobiótico. Un gran descubrimiento que me recuerda a las pringles, una vez empiezas, no sabes cuando parar. Me comería el litro entero de una sentada.

Estudio un poco de inglés y veo alguna serie en versión original subtitulada al inglés. Si hay alguien conectado, saludo un rato y muy temprano, me voy a dormir. ¡Buenas noches desde el futuro!

 
P.D.: Me despido con esta canción que escuché el primer día que paseé por la ciudad y me animó mucho.

lunes, 7 de julio de 2014

Here I am!



Salí de Palma en avión un martes 1 de julio a las 9.25h. y 32 horas, 4 aviones en 5 aeropuertos, 7 comidas, varias siestas y 4 películas y media después, aterricé sano y salvo en Brisbane. Llegué de madrugada y cogí un taxi que me costó unos 50$... Eso es más que un billete de i/v a Londres desde Palma.

Brisbane es una ciudad tranquila (mucho) y pequeña. El centro de la ciudad te lo recorres en menos de 20 min. (literal). Aunque en las afueras es donde hay lugares interesantes y mega parques para pasear. Prácticamente todos los parques tienen barbacoas, o como se dice en English, BBQ. Son fans, una práctica social muy amplia, pero mientras nosotros las hacemos en fin de semana, ellos las hacen para comer, incluso entre semana y en los parques en medio de la ciudad.

El fin de semana me lo tomé de relax para turistear y pasear. Como he comentado, todo se ve en una simple mañana o tarde, pero puedes caminar y salir del centro para visitar esos parques. Uno de ellos está a las orillas del rio y tiene una playa artificial la mar de divina.

Esto está lleno de vida salvaje. En lugar de palomas, tienen unos enormes bichos llamados Ibis, son como nuestras gaviotas, que buscan la comida humana, pero estos se mezclan sin miedo alguno por entre la population.

Los parques se prestan mucho a tumbarte en el césped a descansar y eso hice. Vaya siestas me pego tirao en el suelo cual colilla. Y es que tanto patear tiene sus consecuencias. Y pateo, lo prometo.

Mis compis de residencia son de everywhere. Holandeses, alemanes, colombianos... y muy jóvenes... soy el más viejo con diferencia. Ains... bicho raro en todo mi esplendor

En un intento de obligarme a hablar, me fuerzo a conocer gentes australiacas, y así me cuentan que el sábado es el Teneriffe festival (Canariaaaasss) y es muy popular. Teneriffe es un suburbio. Allí me planté después de una larga caminata. Puestos de comida, mercadillo, nada nuevo en realidad, pero te acabas dando cuenta a las primeras que no hay gitanos entre las casetas. Hay puestos para todos los gustos, comida húngara, italiana, paella y churros españoles... Lo mejor es la música en directo. Esto es MÚSICA, asín, en mayúsculas. Me quedé un rato escuchando un par de grupos musicales. Geniales.

El domingo me tomé el día off para hacer la colada y reposar antes del inicio del curso. Aún así quedé con un autraliaco de la zona para salir a dar un paseo a conocer el barrio. Hay que hacer vida social. Y bueno, todos (literal, todos) me dicen que hablo muy bien el English mientras que yo asiento a todo y no me entero de nada. El problema de comunicación se acrecienta más porque son muy aficionados a usar acrónimos y encima es que un mismo acrónimo tiene varias acepciones.

Los semáforos de peatones también son curiosos, tardan mucho en ponerse verde y no te da tiempo a cruzar la calle, enseguida parpadean (también literal), pero parpadea el rojo, entonces tienes que mirarlo todo el rato porque no sabes en que momento se ha quedado la luz fija. La mejor opción es cruzarlos acelerando el paso.

Las casas son bajas, de un piso y alguna de dos. Construcciones de madera, de tal modo que parecen de playa. Muy chulas, pero hace que todo sea muy (MUY) extenso y los suburbios son soberbios. Eso sí, naturaleza y árboles por todo. No llegas a ver casas a lo lejos, porque los árboles son más altos. Queda muy bonito, pero poco práctico para caminar. Lo mejor es la bici.

Además de los pajarracos Ibis, también te encuentras unos bichos muy simpáticos, no he encontrado traducción al apañó, pero en catalán se llaman Cangur rata de cua d'escombra o como se dice en inglés Woylies . CORRECCIÓN: Se les llama Posums, y la foto real se puede ver aquí. Te recomiendan sacar todos los días la basura, porque estos bichos se cuelan dentro de casa (no se como) y rebuscan. Me olvidé una noche de sacarla (me toca a mi esta semana) y al día siguiente tuve que limpiar el suelo de la cocina, menos mal que fui el primero en levantarme (Ups...) Cazamos uno en una clásica trampa de jaula con fruta, pero están por la calle, salen por las noches y te los encuentras por todo.

Todo esto como introducción, en próximos episodios contaré el primer día de cole, primeras experiencias culinarias y barrios donde se inspiraron para hacer The Walking Dead. Me voy a descansar, que tanto ir boca abajo, tengo la sangre en el cebrero y lo veo todo rojo...

See ya!